lunes, 23 de julio de 2007

Vid

La uva, fruto de la vid, ha sido siempre, desde los tiempos bíblicos, símbolo de abundancia. Sus hermosos racimos nos proporcionan precisos alimentos, además de muchos derivados como el aceite de uva; y también, lo más importante – principal sostén económico de muchas regiones – los flamantes vinos que alegran nuestras fiestas, y que muchos, bebiéndolo, creen olvidar penas.
En la época del Renacimiento, siglos XV y XVI, es cuando realmente comienza una nueva era en la historia del vino, pues a partir de ese momento se mejoran e incorporan nuevas técnicas en los sistemas de vinificación.
Entonces aparecen nombres que a través del tiempo han escrito una verdadera historia, como el vino de Borgoña y el de Champaña, en Francia.
Hay hombres que ocupan sitios de honor entre quienes fomentaron la industria vitivinícola, como el francés Dom Perignon que descubrió el modo de fabricar el chamagne espumoso.
En España, se comenzó la producción de vinos quizás menos refinados, pero de muco cuerpo, y que compiten con los mejores del mundo. Así hoy podemos hablar del vino de Jerez y el de Málaga o de la calidad indiscutible del Valdepeñas, por nombrar algunos.
En Portugal, el vino que tiene un sitio de preminencia es sin lugar a duda el inigualable Oporto.
Quien no ha sentido hablar de los vinos italianos como el Chianti, el Nebiolo, el Barbera, el Fresia.
El Moseta y el vino del Rin en Alemania. El Tokai de Hungría. El afamado vino del Cáucaso, de Rusia.
En el continente americano, al ser conquistado, rápidamente se comenzó a elaborar la uva y así hoy podemos hablar de vinos que compiten con los mejores del mundo, como los vinos chilenos, o los vinos Cerros de San Juan, de Uruguay, o los afamados vinos argentinos, que tienen distintas características según la región. Algunas de las provincias de nuestro territorio donde más se cultiva la vid son: San Juan, La Rioja, Salta, Córdoba, y principalmente Mendoza. De ésta última provienen los mejores vinos que se elaboran en el país y que nos llenan de orgullo.
Los vinos de uva comprenden generalmente vinos tintos, que son de uva negra fermentada y luego estrujada; los blancos son de uvas blancas o negras exprimidas antes de la fermentación; los vinos claretes están formados por mezclas de uvas; los espumosos son fabricados como los vinos blancos, pero embotellados antes de su completa fermentación; los dulces son vinos hechos con uvas muy maduras con agregado de azúcar; los mistelas son el resultado de la mezcla del mosto con aguardiente y sustancias aromáticas.
La vid es una planta vitácea, vivaz y trepadora, con tronco retorcido, vástagos muy largos, flexibles y nudosos. Sus hojas son alternas, pecioladas, grandes y partidas en 5 lóbulos puntiagudos; las flores son verdosas en racimos, y su fruto es la uva, consistente en una baya o grano más o menos redondo y jugoso que crece en racimos.
Para que la vid crezca con fuerza y de fruto abundante, todos los años se la poda. Según Plinio, la poda de la vid surgió de pura casualidad. Una cabra comió los renuevos de una planta, y el labrador observó que al año siguiente las uvas eran más abundantes y de mejor calidad.
Entre los griegos la leyenda acerca del vino, atribuye al dios Baco (Dionisio) el descubrimiento del vino, pues se dice que fue el primero en cultivar la vid y extraer de ella el vino. Esto indica la gran antigüedad que tiene el cultivo de la vid, y por supuesto la elaboración del vino. Asimismo, atestigua que todos los pueblos de antaño conocieron el vino, desde la India hasta las Galias.
Los hebreos creen que Noé tuvo la idea de utilizar el zumo de la uva como bebida, y entre los latinos se asigna esa iniciativa a Saturno.
Los romanos tenían viñedos famosos de los que obtenían vinos; claro que estos vinos hoy día quizá no serían de nuestro agrado, por su sabor, pues lo mezclaban con miel, alquitrán y otras sustancias aromáticas.
El vino es hoy una bebida universal, que está presente en la mesa de todos los hogares. La vid nos da un fruto que tiene una gran importancia, pues se obtienen de él muchos productos que son una verdadera fuente de riqueza para las regiones donde se la cultiva, y un importante recurso para la nación.


René Darán
Fuente: Diario La Capital. Sección Flora y Fauna de Nuestro País /1984/87
Director EcoNews
rene@eco-news.com.ar

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