lunes, 23 de julio de 2007

Ratón doméstico

Originario del sudoeste de África e introducido en América por la mano del hombre o bien por haber abandonado embarcaciones, el Mus Muscullus; mus, revoltoso y muscullus, fibroso, en latín, es el terror de las señoras, de algunos mayores y también de los niños. Por el nombre científico no es fácil detectar de quién se trata, pero es conveniente develar la incógnita; se trata del simple y simpático ratoncito doméstico.

Este pequeño animalito que suele asustar a los más armados de coraje, saltarín, amigo de las correrías y enamorado del queso que es uno de sus manjares, pertenece a la familia de los múridos y con solamente unos centímetros y otros milímetros se puede describir su porte pequeño y su estatura. Su largo total no supera los 165 milímetros; su cola, lo más largo casi de su cuerpo, puede llegar a 90 milímetros, su oreja 14, miembro anterior 9 y miembro posterior 19; todo este cuerpito de este inofensivo y temido ratón puede pesar 18 gramos.
Hoy ya puede ser casi imposible determinar su hábitat preferido puesto que se lo encuentra en todos los rincones del mundo, pero vale aclarar en todos aquellos rincones en que habita también el hombre. Esta particularidad especial es debido a que este roedor se adapta a todos los climas y no hace distingos entre los exageradamente calurosos o gélidos, aunque sin duda que la mayor cantidad de ellos habitan en los lugares más confortables.
Entre sus mayores contras se pueden citar infinidad de destrozos, ya sea en comestibles o granos en general, pero también tiene sus ventajas porque entre sus dietas están las pulgas, las cucarachas, polillas, arañas, hormigas y las vinchucas.
Estas características tan buenas no hacen que el hombre deje de temerle, y estos simpáticos “bichitos” grises deben dos por tres agilizar sus patitas ante la presencia de su mayor enemigo, también otro animal doméstico: el gato.
Su domesticidad es asombrosa y rápida, y en cautiverio parecen no demostrar tristezas por el encierro siempre y cuando sus dietas estén compuestas de carne, frutas, granos, leche, verduras y también licores con los cuales suelen embriagarse y hacer un simpático e inusual número de circo.
Se puede decir que sin duda es un vencedor en potencia dado que el hombre se pasó la historia de su existencia tratando de exterminarlo sin haberlo conseguido.
Su naturaleza le ha provisto el don de la fácil procreación en compensación con su corta vida que nunca supera los tres años, y la hembra, en una rápida gestación que dura entre veinte y veinticinco días pare entre cuatro y ocho pequeñitos.
Teniendo en cuenta que la mamá “rata” repite los alumbramientos seis veces por año, haciendo un promedio arroja con facilidad más de treinta crías en los doce meses.
Más arriba anticipamos que el ratoncito doméstico pertenece a la familia de los múridos y omitimos la amplitud de la misma, que es grandísima; está compuesta por 91 géneros y casi 460 especies. Dentro de los mamíferos, el roedor tiene una de las parentelas más numerosas, y entre éstas hay una familia jerarquizada y protegida por el hombre; el ratoncito blanco o de laboratorio.
Entre otras lindezas, este pequeño animalito tuvo su lugar en la filosofía al ser nombrado hace veintidós siglos por Aristóteles, después por Plinio, entre otros.
Sus nombres comunes le sobran: ratón, ratoncito, laucha, ratoncito casero,; también le suelen llamar huracha que en quichua quiere decir que anda por los rincones. Los ingleses, algo ampulosos, usan para nombrarlo dos palabras: house mouse, y los mapuches, acercándose bastante al más conocido de nuestros apodos lo bautizaron llaucha.


René Darán
Fuente: Diario La Capital. Sección Flora y Fauna de Nuestro País /1984/87
Director EcoNews
rene@eco-news.com.ar

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