lunes, 23 de julio de 2007

Dieffenbachia y Caladium

Al pasar delante de las vidrieras de un banco o negocio habremos observado en su interior unas plantas de hojas grandes y muy atractivas, y muchos se habrán preguntado:¿cómo se llaman, dan flor o, se pueden cultivar en el hogar? Su nombre es dieffembachia (el nombre botánico es Dieffembachia SPP). Es originaria del trópico. Lleva el nombre de un botánico holandés, que la descubrió.
Si bien procede de los lugares húmedos y cálidos de los trópicos lluviosos, se la puede, con mucho esmero, dado que posee un follaje muy delicado, cultivar en el hogar.
Las dieffembachias, como muchas otras plantas de interior decorativas que no dan flor, presentan su atractivo en la configuración y colorido de sus hojas, que no son simplemente verdes. Como dijimos, son grandes, verdes, con manchas llamativas de color crema y blanco; otras presentan una nervadura bien marcada.
Existen unas 20 especies de este género. Las más comunes son: la Dieffembachia sequina, la amoena y sus variedades tienen las hojas grandes; la picta y sus variedades, la más común de hojas amarillo crema; la exótica, es de hojas moteadas, que gracias a su perdurabilidad es una de las más comunes.
Por su elegancia, su personalidad, por la coloración de sus hojas, resulta una planta particularmente decorativa.
Sirve como adorno, sola o para formar el núcleo central de un grupo de plantas.
Alcanza normalmente una altura de un metro veinte centímetros, pero puede llegar hasta los dos metros.
Soporta una temperatura de unos 10 grados (aunque a esta temperatura posiblemente pierda algunas hojas); la ideal es de unos 20 grados.
A medida que estas plantas crecen, sus hojas inferiores mueren y es preciso arrancarlas. Al cabo de 3 o 4 años las dieffembachias, generalmente por su altura, el tallo se tuerce o las hojas se desordenan, o simplemente porque está muy alta, se recomienda cortarla a unos centímetros del suelo, sobre un nudo, y así de esta manera crecerá con más fuerza. La parte cortada se puede utilizar para hacer nuevas plantas, cortando el tallo en trozos de unos 8 centímetros de largo, sobre los nudos.
La dieffembachia, si bien es planta de interior, gusta de un poco de luz, no sol directo, y es necesario para que crezca bien y conserve el colorido, proporcionársela.
Todos los años, en primavera, es necesario transplantarlas, siempre a una maceta mayor; de esta manera, acompañado del riego necesario, iluminación y temperatura adecuada, crecerán de 35 a 40 centímetros por año.
Algunos de los problemas de estas plantas pueden ser causados por la arañuela roja, que hará que sus hojas estén amarillentas y con telarañas por debajo; las chinches cerosas, que hacen que las hojas tengan manchas algodonosas; si la planta está en lugar muy frío, las hojas inferiores se caerán, lo mismo que por exceso de riego.
Si bien, como dijimos al principio, es originaria del trópico, en nuestro país tiene una gran difusión, por su elegancia, su personalidad y el colorido de sus hojas; sobre todo en locales grandes, un rincón, junto a una escalera, una ventana, donde realmente ofrecen un impacto inmediato.

Caladium:

El caladium, en sus distintas especies, es posiblemente la planta de interior que tiene las hojas más llamativas dada por sus colores. En algunas, sus hojas son casi transparentes, otras verde vivo, rojo y crema o blancas con nervaciones prominentes de color verde o rojo naranja.
Estas plantas alcanzan una altura de unos 60 centímetros y sus hojas son largas y tienen la forma de la cabeza de una flecha.
Son plantas de temporada, muy delicadas, necesitan mucha luz, pero el sol directo las afecta, buena corriente de aire y una temperatura de unos 20 grados. En invierno, al perder sus hojas se guardan los tubérculos para la temporada siguiente.




René Darán
Fuente: Diario La Capital. Sección Flora y Fauna de Nuestro País /1984/87
Director EcoNews
rene@eco-news.com.ar

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