Ananá

El nombre de ananá deriva de ananaz; que los portugueses recogieron del dialecto brasileño nana; y los españoles, al ver que este fruto tenía la forma de piña, lo llamaron con este nombre.

Ananá, se llama tanto la planta como el fruto, es acaule, o sea sin fallo aparente y anualmente da frutos; su vida útil no supera los seis años.
Las raíces, que son fibrosas, no penetran muy profundamente en la tierra, éstas dan una mata de largas y estrechas hojas que llegan a medir hasta un metro de largo; son curvas hacia el exterior y cubiertas como un fino polvo azulado.
Del centro de la mata sale el robusto tronco, que es redondo, y provisto de pequeñas hojas que esconderán y cubrirán el fruto.
Hay también un conjunto de hojas que nacen del vértice del fruto maduro que se llama corona.
El ananás se reproduce por trasplante, o bien partiendo de los hijuelos que nacen al pie de la planta.
La corteza del fruto del ananá está constituido por escamas triangulares apretadas entre sí, son de un color naranja violáceo.
Su fruto, que es lo más importante de la planta, tiene una pulpa que posee un gusto exquisito con propiedades refrescantes, además despide un olor agradable y es usado como digestivo.
El ananá, como dijimos antes, tanto el fruto como la planta, se le da el mismo nombre y en botánica el de Ananás sativa o de Bromélia ananás; y pertenece a la familia de las bromoeliáceas.
Dicha planta es originaria de América tropical y hoy día se cultiva en casi todas las zonas tropicales y subtropicales del mundo.
Los conquistadores, tanto portugueses como españoles, descubrieron este fruto en Perú, allí conocieron el secreto del cultivo y uso, para luego llevarlo y aplicarlo a las demás colonias, como así también lo introdujeron en Europa, donde lo experimentaron en invernaderos obteniendo excelentes resultados.
Las hojas, como dijimos antes, son angostas y largas, generalmente tienen espinas laterales, y por esas razones para ser cosechados e usan gruesos guantes y botas de caucho para evitar dolorosas pinchaduras.
Los frutos cuando están maduros se cortan dejando un pequeño cabo de unos diez centímetros y los destinados a la exportación se cortan antes de llegar a plena madurez. Estos no deben presentar ningún defecto.
Debemos aclarar que los que son para embalarse, exigen grandes cuidados, además, los frutos pueden conservarse en lata, para esto son sometidos a un tratamiento especial.
Algo muy importante para tener en cuenta es que las únicas especies buenas son las cultivadas, pues las silvestres tienen un sabor amargo e inclusive son nocivas para el organismo.
En las especies cultivadas su peso varía pues hay muchas clases y de acuerdo a ellas pueden pasar de uno a cinco kilogramos.
Las fibras de las hojas son finas, resistentes e imputrescibles; se usa en la industria textil y resulta una materia prima muy apreciada. Además se aplica su uso en la fabricación de cuerdas y tejidos, así como en el hilado de finas tramas.
El ananás, una planta que en nuestro país, si bien no tiene una producción acorde con el consumo quizás por no tener un adecuado clima, es igualmente importante por su popularizado consumo y exquisitez.


René Darán
Fuente: Diario La Capital. Sección Flora y Fauna de Nuestro País /1984/87
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