lunes, 23 de julio de 2007

Mariposas

El placer que nos causa contemplar las mariposas volar de flor en flor nos hace olvidar que están cumpliendo una función vital: la de alimentarse. Además, como las abejas y otros insectos, el importante papel que desempeñan en la reproducción de las plantas, cuyas flores fecundan con el polen que se adhirió a su cuerpo al posarse sobre otra flor.
La admiramos cuando caminan sobre una hoja que flota en el agua, o posadas descansando, con las alas juntas, semejando un velero en aguas calmas.
¿Quién puede permanecer insensible ante la sinfonía de policromos colores que ofrecen a ciertas horas del día en algunos lugares (cerca de pantanos, corrientes de agua), cuando se entregan a un verdadero carrusel aéreo, alocado; donde el sonido no existe, ni aún podemos apreciarlas en forma individual; donde todo es un vértigo de alas y bellos colores?
La sabia naturaleza embelleció a estos hermosos animalitos con preciado tesoro, como la extraordinaria gama de colores, la irisación, los reflejos metálicos, la suavidad aterciopelada que hace resaltar más la elegancia de su vuelo. Seres que engalanan la belleza natural de praderas, bosques y jardines.
Las mariposas (lepidópteros) son insectos de vida efímera. Sufren metamorfosis completa (igual que algunos insectos y peces), pasan por cuatro etapas que son: huevo, larva, crisálida e individuo adulto.
No todas tienen los mismo tiempos y formas de transformación. La palabra crisálida nos dice la forma que toma la larva (oruga) antes de transformarse en mariposa, y a veces se llama al capullo que encierra la larva. En algunas especies, la mariposa sale del capullo a las 2 semanas de letargo; en otras a los 2 meses. Algunas nacen de capullos suspendidos por finos hilos de seda de la rama de un árbol; otras en huecos de árboles o lugares seguros y bien elegidos para que al nacer la cría tenga a su alcance los alimentos necesarios. La hembra, poco tiempo después de poner los huevos, muere. Estos son más pequeños que la cabeza de un alfiler.
Las larvas cambian 4 a 5 veces su piel: tienen 2 mandíbulas extraordinarias, tan cortantes que no hay flor, ni hojas, ni fruto que puedan con ellas. Se alimentan vorazmente hasta completar su crecimiento. Luego buscan un lugar para transformarse, tejen su capullo sujetado cuidadosamente de alguna rama. La larva segrega por la boca un fino y resistente hilo que usa para fabricar su impermeable morada. este capullo, digno de admiración, será su refugio, laboratorio donde la sabia naturaleza hará la más maravillosa de las metamorfosis.
Las mariposas tienen 2 alas y su cabeza está provista de antenas de largos variados. Sus ojos son compuestos – o sea, constituidos por miles de pequeños ojos tubulares - , su boca es una trompa en forma de espiral, de una flexibilidad especial para chupar de lo más profundo de las flores el néctar, que es su alimento.
Las alas son la parte del cuerpo más hermosa, están cubiertas por microscópicas escamas de maravillosos colores, las que son fáciles de separar. Si las tocamos, podremos observar que un fin polvito de múltiples colores queda pegado a nuestros dedos. Este fino polvito, visto con el microscopio, presenta variadas e inesperadas formas (dientes en forma de serrucho, conos pirámides). Las escamas se deben a distintas capaz de células exteriores, ricas en materias colorantes. Los colores varían según el clima, la alimentación y región. Podemos ver miles de mariposas de variados colores, como de un solo color; blancas, amarillas, azules, otras con algún punto negro. También las de color exótico, de alas anteriores coloreadas de azul noche, veteado de fosforescencias más claras, y las posteriores que resultan casi negras de tan azules, y que presentan una barra transversal color oro. Otras tienen un azul noche indescriptible, con dos manchas rosas en las alas anteriores y un festón de nieve bordeando sus alas. Otra belleza, de este mundo de colores, constituye las mariposas de color negro con una aureola verde y un rosario de esmeraldas. Hay otras que brillan a la luz del sol con un hermosos azul fosforescente y sus escamas tienen reflejos malva violetas.
Este insecto es otro de los muchos que pueblan nuestro planeta, que alegran nuestra vista y cumplen con una función, la fecundación de las flores.


René Darán
Fuente: Diario La Capital. Sección Flora y Fauna de Nuestro País /1984/87
Director EcoNews
rene@eco-news.com.ar

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