lunes, 23 de julio de 2007

Truchas y Salmones

La vida se ha originado, probablemente, en el mar. En los primeros tiempos de la Era Primaria, se encuentran ya peces, lo cual demuestra que los vertebrados son los más antiguos que existen. Los peces, como todos los seres vivos, necesitan oxígeno para respirar; lo consiguen directamente del que se halla disuelto en el agua.
El medio en que viven los peces influye en la forma de su cuerpo. Por ejemplo, los que están dispuestos para nadar con velocidad, tienen el cuerpo alargado y fino; mientras que los que permanecen siempre en grandes profundidades son aplanados. Su forma generalmente está condicionada a la necesidad de vencer la tenaz resistencia de las grandes masas líquidas.
Las escamas y células, que segregan una especie de mucosidad, dan a su cuerpo un aspecto resbaladizo y pegajoso que contribuye a evitar el roce que les dificultaría la velocidad de natación. Los peces efectúan sus movimientos para nadar con las aletas y la cola. Generalmente disponen de dos pares de aletas natatorias, unas pectorales y otras ventrales.
Hablar de peces es un tema inacabable, pues existen miles de clases distintas, por eso trataremos en especial algunos que habitan en nuestro país.
La región del Parque Nacional Nahuel Huapí es una paraje que brinda, además del magnífico paisaje, una fuente rica de salmones y truchas. Este parque ofrece, en toda su extensión, numerosos lagos, ríos y arroyos donde se crían salmones en sus 4 especies: la trucha marrón, la trucha de arroyo, la trucha arco iris y el salmón encerrado; además de la perca, el pejerrey patagónico, el puyen y la peladilla, que son autóctonos de las aguas patagónicas.
El sistema de este parque lo completan, entre otros, los lagos Moreno, Gutiérrez, Mascardi, Guillermo, Los Moscos, Hess, Fonk, Roca, Stellen, Martín; al norte se agregan el Correntoso, Espejo, Traful, Falkner y Villariño. El río Limay, que nace en el lago Nahuel Huapí, es muy rico en todas estas especies de los citados peces.
La trucha marrón, cuyo nombre científico es “salmo fario”, es propia de los ríos y lagos de aguas cristalinas. es originaria de Europa, y por ello se la llama también “trucha europea”. En el año 1930 fue introducida en el lago Nahuel. Desde entonces, con un buen programa de conservación, es posible encontrar estos ejemplares en lagos y ríos de esta vasta zona. La cabeza es, además de robusta, tosca; su boca es ancha y bien dentada; la cola tiene el borde posterior recto y sin manchas. Todo su cuerpo está punteado de pequeñas manchas negras, parduscas y rojizas rodeadas de un halo blanquecino. La coloración varía según el ambiente. Se han encontrado ejemplares de hasta 16 kilos.
La trucha de los arroyos es la más indefensa de todos sus congéneres. Esta trucha es oriunda del este de los Estados Unidos, y fue introducida en el país alrededor de los años 1904 o 1905. Su tamaño es chico; es pintoresca y de vistosos colores; de carne rosada y muy sabrosa. Su cuerpo es corto; el lomo, especialmente en los machos, es muy corvo. La cola es recta, casi cuadrada, con manchas irregulares bien pronunciadas. El cuerpo está salpicado de puntos marrones, verdes, amarillos, rojos y azules. El lomo no tiene manchas, pero sí marcas vermiculares y claras.
Las aletas pectorales, ventrales y la anal son rosadas con un borde blanco bien visible. Su dorso es marrón verdoso, y el vientre blanco marfilino. En época de reproducción, su color cambia notablemente, su lomo se torna casi negro, las partes laterales se vuelven casi rojizas y las aletas adquieren un color anaranjado intenso, que hace que resalte más el borde blanco, que es una característica de esta especie. La trucha de los arroyos es generalmente gregaria, como todos sus congéneres, salvo los machos adultos muy grandes, que se vuelven solitarios.
La trucha arco iris, “salmo gairdneri”, tiene su origen en el oeste de los Estados Unidos. Desde su introducción en nuestro país se reprodujo en cantidades asombrosas. Es una especie más rústica que las anteriores; se adapta perfectamente a las aguas y condiciones climáticas de la zona. Soporta muy bien las variaciones climáticas. Su cuerpo es menos elegante que la marrón y la de arroyo. La cabeza es algo más pequeña, y los lóbulos de la aleta caudal, más marcados y bien punteados. El cuerpo está salpicado de manchas negras; sus costados son plateados y están cortados por una banda rosácea. La intensidad de la coloración varía según la zona.
Al salmón encerrado, “salmo salar sebago”, se lo denomina así porque nace, vive y muere en aguas dulces, torrentosas, frías y cristalinas, y emigra al mar. Su cabeza es pequeña con relación al cuerpo. Sus ojos están resaltados con respecto a su extremo posterior del maxilar; en todo el contorno de su cuerpo presenta manchas negras, sobre todo por encima de la línea lateral. En el dorso posee una diminuta aleta adiposa, además de, en el centro, la aleta dorsal.
No solamente existen en nuestro país estas truchas, como tampoco las descriptas son exclusivas de esta región, simplemente hablamos de esta zona por ser una de las más importantes del país, donde con un gran esfuerzo y un perfecto control, es posible su reproducción adecuada para la demanda.
Ojalá esto sea un ejemplo a seguir con otras especies, para así contribuir a que el engranaje ecológico siga su marcha en perfecto funcionamiento.


René Darán
Fuente: Diario La Capital. Sección Flora y Fauna de Nuestro País /1984/87
Director EcoNews
rene@eco-news.com.ar

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