lunes, 23 de julio de 2007

Plantas Crasas

Consideramos muy importante que el verde de las plantas participe en el interior de nuestra vivienda o en los jardines que la rodean o en un balcón, dando vida y color, armonizando perfectamente con los elementos decorativos, ayudando a crear un ambiente fresco, exquisito, interesante. Su serena belleza nos da una atmósfera de relajación y delicadeza.
En el maravilloso mundo vegetal encontramos todas las combinaciones. Están las que nos brindan el oxígeno que necesitamos, las que alegran nuestros ojos, que serenan nuestra mente; pero todas, todas representan más que nada una ilusión... un sueño... aunque nos hagan soñar despiertos.
Hay un grupo de plantas (las crasas) que ejercen un hechizo especial, por sus formas exóticas; algunas poseen un fascinante y sutil colorido; y otras, flores atractivas o sus hojas de distintos tonos de verde.
¿Qué es una planta crasa? Un vegetal que puede formar en su interior una reserva de agua para sobrevivir en caso de sequía. Estas plantas tienen estructuras, tallos y hojas de consistencia carnosa. En efecto, la especial forma de sus tejidos, ricos en humedad, las hacen adaptables y más resistentes que otras a distintas condiciones climáticas –que no siempre son favorables en nuestras viviendas en que la temperatura suele ser poco constante y la humedad a menudo falta. Por ser plantas de fácil cultivo es corriente verlas en todos los hogares.
A pesar de su resistencia y sencillo cultivo se deben tomar ciertas precauciones. Estas plantas provienen de muy diversas regiones y familias, pero tienen en común muchas características estructurales. Algunas no tienen hojas, sino tallos, espinas o pelos; otras están provistas de hojas carnosas o coriáceas; algunos tallos no son erguidos sino bajos o rastreros, para defenderse de los impetuosos vientos de los países de origen. Además, la epidermis de estas plantas cuenta con un número reducido de poros a fin de evitar una evaporación excesiva.
Si conocemos sus características estructurales y las condiciones climáticas de origen, nos resultará mucho más fácil su cuidado y cultivo.
Las crasas, si bien casi todas son xerófitas, o sea aptas para vivir en ambientes áridos, algunas de sus espacies no crecen en desiertos, sino que se encuentran en regiones frías y húmedas.
Las cactáceas, que es la familia a la que pertenece el mayor número de ejemplares, crecen en los trópicos, sobre todo en México, y también se encuentran en zonas secas de América del Sur: Brasil, Chile, Perú, Colombia y Argentina. Las epifitas viven en lugares más húmedos y se alimentan de otras descompuestas. Casi todas las aizoáceas como también las crasuláceas son de origen africano, aunque muchas de estas últimas se encuentran en Asia y América Central.
En origen crecen en terrenos recubiertos de aren o grava, donde el agua de lluvia se filtra con rapidez hacia las profundidades, o en laderas rocosas recubiertas por una ligera capa de tierra. También crecen en terrenos salinos de los litorales marítimos. De esta manera, para cultivarlas es necesario procurar reconstruir en lo posible sus condiciones de origen. Como ser: un terreno o maceta, asegurándonos que la mezcla de tierra tenga una buena cantidad de arena gruesa que ayude al drenaje, ya que el exceso de agua puede llegar a perjudicar las raíces y por consiguiente la planta. Que tenga luz en abundancia, pues requiere una posición bien iluminada, pero necesita protección de los rayos solares intensos. Los riegos no deben ser demasiado frecuentes. En verano, cuando su crecimiento es mayor, debe mantener algo de humedad, pero en invierno deben estar secos. La circulación del aire fresco y limpio es de suma importancia en estas plantas.
Las crasas son plantas temporarias de interiores; salvo que estén en lugar bien iluminado y aireado, prefieren condiciones más naturales, como puede ser un balcón, una terraza protegidos del sol pero bien ventilados. Por ejemplo, la comúnmente llamada siempreviva que crecerá con todo su fascinante hechizo al aire libre, al ponerla dentro de una habitación mal iluminada, así sea por pocos días, perderá todo su lustre.
Una de las plantas crasas más resistentes en interiores es la sansivieria; necesita poca luz, temperatura razonable y, con la mezcla de cultivo seco, se adapta perfectamente.
La enorme cantidad de plantas que existen en este grupo hace imposible citar o describirlas; pero conociendo su hábitat de origen podemos tratarlas, cultivarlas y darles lo mejor para que puedan crecer fuertes, sanas y así conservar todo su encanto y belleza natural.


René Darán
Fuente: Diario La Capital. Sección Flora y Fauna de Nuestro País /1984/87
Director EcoNews
rene@eco-news.com.ar

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