lunes, 23 de julio de 2007

Oso hormiguero

El espacio todavía es para el hombre un sitio inmenso y en gran parte desconocido, no es solamente aplicable a la bóveda celeste, también hay cosas extrañas y desconocidas en la tierra. Y ya que dijimos la palabra extraño aprovechamos esta oportunidad para nombrar y dar algunas de las características de un “extraño” del planeta Tierra, el oso hormiguero.

Propio del continente americano y habitante del norte subtropical de nuestro país –Chaco salteño, Misiones, Formosa y Chaco- el oso hormiguero es un curioso animal que pertenece a una familia de mamíferos, pesa más de veinte kilos e, incluyendo la cola, llega a medir hasta ochenta centímetros de largo.
Su pelaje es casi una cerda y su color puede ser variable, desde el gris mezclado con negro hasta el pardo negruzco. Vale destacar que algunos lo llaman oso hormiguero bandera y este aditamento final tiene una causa importante: una mancha negra bien definida que le corre desde su pecho y garganta hacia los costados, bordeada de una banda blanca, le dan el aspecto de un banderín, de allí que en algunos lugares se lo llame con su nombre compuesto.
Entre los nombres con que comúnmente se lo conoce se pueden citar “yurumí”, “yaguí”, “oso hormiguero real”, “hormiguero negro”, “hormiguero de crin” y “tamandué-guazú”.
De pelos largos (de 20 cm en el lomo), y plantígrado (camina con la planta de los pies), sus patas traseras están compuestas de cinco dedos y cuatro las delanteras. Es un animal de andar torpe, algo dificultoso y acostumbra a correr casi galopando. Su mayor defensa, que a veces lo hace hasta temido por los yaguaretés, con sus filosas garras. Con ellas el oso hormiguero puede inferir desgarros mortales. Cuando la ocasión hace su enojo, el oso hormiguero se levanta como un boxeador y muestra las uñas. En estos casos lo hace hacia delante y en estas acciones no parece ser lo torpe que nos muestra en su andar y correr.
Dentro de los mamíferos es uno de los poco endentados y en las zonas de su hábitat se encuentran las grandes bellezas naturales de nuestro país. Allí conviven con el oso hormiguero los palos borrachos, los cedros y los lapachos, por citar unos pocos dentro del mundo verde, pero también el clima da lugar para las aves más coloridas, tal el caso de los tucanes, los papagayos, los pájaros campana, boveros y zorzales.
El lugar bien puede compararse a un paraíso soñado –con la sola mención de esa obra de la naturaleza que son las cataratas del Iguazú se ha dicho gran parte –y casualmente ese es uno de los lugares elegidos por el pícaro y lengua larga del “yurumí”.
El otoño y el invierno son la temporada de gestación de la mamá osa, seis meses por lo general, y suele alumbrar a un solo osezno. Los cuidados de la pareja para con la cría son similares a los de los mamíferos y se diferencian de algunos de éstos en una simpática cualidad: la madre lleva a su cría en las espaldas. Es esa temporada, la de la infancia, en que solamente el osito goza al sentirse un jinete. Los nidos de los osos hormigueros son hechos por la pareja en las cuevas de los árboles y desde que el pichón es pequeño le enseñan los pormenores de la subsistencia.
Antes dijimos que solían decirle “yurumí”, y esa palabra le pinta su más curiosa característica: quiere decir “boca chica”, pero sin duda que eso no le impide alimentarse y su costumbre (o su boca precaria) lo ha convertido en un terrible enemigo para las hormigas y termitas. Cuando detecta el oso un hormiguero introduce en él su larga lengua, parecida a una lombriz, y por intermedio de su adherencia extrae a las hormigas. Su lengua hasta suele medir 65 cm, y es de uso primordial para este animalito curioso, terrestre, y extremadamente callado a pesar de la longitud de dicho apéndice lingual. Sin duda que es un hermoso ejemplo; tener lengua larga pero usarla debidamente y cuando los tiempos lo exigen.


René Darán
Fuente: Diario La Capital. Sección Flora y Fauna de Nuestro País /1984/87
Director EcoNews
rene@eco-news.com.ar

No hay comentarios: